- El entrenador de origen cubano trabaja intensamente formando atletas de la disciplina de Luchas Asociadas en Quintana Roo.
- Es el menor de los hijos de reconocido entrenador, quien lamentablemente falleció hace algunas semanas
Con la gran responsabilidad de continuar con el legado que dejó su padre, el profesor Silvio David Mitchell Carracedo, trabaja intensamente formando atletas de la disciplina de Luchas Asociadas en el estado de Quintana Roo.
Es el menor de los hijos del reconocido entrenador, Silvio Amado Michell Rengifo, quien lamentablemente falleció hace algunas semanas y con quien compartió infinidad de viajes, competencias, pero, sobre todo, de quien aprendió todo lo que hoy sabe de las Luchas Asociadas.
Es originario del municipio de Marianao, en La Habana, Cuba, y su carrera como atleta inició desde muy pequeño, incursionando en la disciplina de Karate, en la que tuvo un paso positivo, aunque años más tarde encontró su verdadera pasión en las Luchas Asociadas, donde su padre ya era un entrenador de renombre en su país natal.
Al mismo tiempo de ser atleta comenzó su preparación como entrenador, logrando graduarse en esta carrera y, a partir de ahí buscó la oportunidad de comenzar a ejercer lo cual logró en un colegio de su ciudad natal, para posteriormente iniciar a trabajar junto a su padre.
Fue en el 2008 cuando llegó a México, pues para esas fechas sus hermanos Julio y Dora ya estaban trabajando en nuestro país, específicamente en el estado de Querétaro, mientras que su padre formaba parte del equipo de entrenadores de Luchas Asociadas de Quintana Roo.
“Yo llegué aquí para comenzar a trabajar con el equipo de Luchas Asociadas, que estaba conformado por mi padre, con el profesor Renán Marín Ballote, que en ese tiempo era el presidente de la Asociación Estatal, con Vianey Quijano que estaba como entrenadora, y otros profesores más”, recuerda.
Señala que en ese momento dio inicio la parte más importante de su carrera como entrenador, pues desde su llegada fue arropado por el estado de Quintana Roo, lugar al que, asegura, le tomó un gran cariño de inmediato.
Resalta la gran experiencia que adquirió al lado de su padre, pues, en comparación con sus demás hermanos, es el único que compartió la misma disciplina deportiva, y absorbió todos los consejos y experiencias vividas en cada aventura emprendida con su progenitor.
“Te puedo decir que a veces era muy difícil saber que si hacía algo mal no la libraba y recibía fuertes llamadas de atención de mi padre, pero eso me ayudó muchísimo a crecer como entrenador y es algo que no cambiaría por nada”, señala.
Ahora, se encuentra consciente de la gran responsabilidad deportiva con la que carga, pues, asegura, que tiene como gran compromiso el continuar con este legado y continuar formando a los atletas que pongan en lo más alto el nombre de Quintana Roo en cada una de las competencias tanto dentro y fuera del país.
Chetumal, Quintana Roo