Presentación de ponencia de investigación en el XVI Congreso Internacional de la Asociación Mexicana de Investigación Turística

Las zonas turísticas, especialmente las exitosas como Cancún, traen aparejado un crecimiento acelerado de su población, debido a la migración constante que busca aprovechar la intensa dinámica económica. Una gran crítica a la administración y planeación de estos sitios es que se centran en cuidar al destino turístico, específicamente en el espacio de interacción turística, dejando de lado los procesos espaciales, sociales, ambientales y económicos de las zonas donde habita la población que brinda los servicios turísticos. Por ello se crea una brecha entre los turistas y las y los trabajadores.
Esta población busca lugares para vivir y establecerse, sin embargo, el precio de la tierra se va elevando a la par de la fama del polo turístico. Esto, aunado a la carencia de vivienda social y de programas de inserción de migrantes a la vida comunitaria, deriva en la formación de asentamientos humanos irregulares.
Los asentamientos humanos irregulares comparten características, entre las que destacan la carencia de servicios públicos y de infraestructura, así como incertidumbre en la tenencia legal de la tierra. De igual manera, están asociados a condiciones de precariedad y de pobreza.
En este trabajo se abordó la pobreza desde el enfoque de las capacidades para poder comprender las diferencias en bienestar y calidad de vida entre las tres zonas de asentamientos irregulares que existen en Cancún.
Este enfoque mira a la pobreza como una privación de capacidades, lo que ha permitido ir sensibilizando a diversos actores en la importancia de no centrarse en los objetos o el ingreso sino en lo que se puede hacer con ellos para ser más libres y elegir la vida que sea significativa para cada uno. Sin embargo, aunque no omitimos resaltar que la pobreza es inadmisible, también reafirmamos que es necesario mirarla, evaluarla y comprenderla; y que el debate se centra en qué elementos medir de los factores que influyen en ella. En este trabajo se presentaron indicadores que se utilizan para medir rezago social, un índice que permite al gobierno de México priorizar áreas de atención para las políticas públicas.
Así es que, al mirar a los asentamientos humanos irregulares desde este enfoque pudimos encontrar que los problemas presentes son multifactoriales y van más allá de los indicadores económicos clásicos. Por ello es necesario incluir nuevas dimensiones e indicadores que permitan obtener información más amplia y clara, aunado a la profundidad que se agrega al realizar investigaciones con mayor nivel desagregación geográfica. En esta ocasión agregamos la ubicación de servicios de salud y educación pública, así como poseer automóvil propio e internet en casa, no solo para evidenciar la existencia o presencia de funcionamientos, sino la posibilidad o dificultad de acceder a ellos.
Con información que refleje la complejidad local se pueden diseñar, implementar y evaluar políticas públicas de acuerdo a las características del territorio específico, con información en la que no solo es relevante conocer la cantidad de personas en situación de pobreza, sino dónde se encuentran y las condiciones en las que viven. Es un gran valor agregado poder contar con información a nivel AGEB porque permite llegar a nivel micro en relación a los datos.
Gracias a eso es que pudimos contestar las preguntas de investigación: ¿habitar en un asentamiento humano irregular necesariamente se relaciona con carencias en el bienestar y baja calidad de vida? ¿Qué capacidades podrían estar generando diferencias en la calidad de vida y bienestar entre los diferentes asentamientos?
La respuesta a la primera pregunta es que no. Habitar en un asentamiento irregular no necesariamente implica vivir en condiciones de pobreza, toda vez que otros elementos permiten subsanar la falta o carencia de servicios públicos.
En las tres zonas de asentamientos irregulares se encuentran funcionamientos y también limitaciones, sin embargo, hace falta evaluar la calidad de las capacidades para ejercer estos funcionamientos, así como el grado de complejidad de las limitaciones.
Estos elementos están relacionados con lo que se puede tener a través del ingreso, es decir, no es el nivel de ingresos en sí lo valioso, sino lo que permite obtener, como pozos de agua, reducir tiempos de traslado gracias al trasporte particular, escuelas privadas, pago de servicios por internet o educación a distancia.
Los datos utilizados fueron extraídos del Censo INEGI 2020, mismos que utiliza el CONEVAL para generar el Índice de Rezago Social y establecer zonas de atención prioritaria desde las acciones de política pública. Sin embargo, varios de estos indicadores señalan a las tres zonas de asentamientos irregulares como de medio y alto rezago social, y como hemos podido constatar con los resultados presentados, las condiciones de bienestar y calidad de vida son distintas.
Por ello, el desafío de quienes desarrollan estas políticas está en establecer mecanismos más precisos y efectivos que aumenten funcionamientos, capacidades y fortalezcan la agencia de las y los habitantes. Es hacer frente a las desventajas encontradas para que las personas puedan elegir. Una buena manera de lograrlo es incrementando la oferta de los servicios que brinda el estado a través de acciones y programas que abran oportunidades a la población y promuevan de manera sostenible en el tiempo la realización de funcionamientos valiosos.