En el estado de Quintana Roo se entrelaza un mosaico pluricultural de tradiciones mayas, imbuidas por reminiscencias afrocaribeñas y peninsulares; resultado de esta mezcla heterogénea es nuestra música, nuestros bailes y las danzas ancestrales que mitifican un pasado, que se torna un presente tangible.
Bailes
Los bailes de los mayas de la región de Santa Cruz de Bravo eran las jaranas y se efectuaban a las puertas de la Iglesia, al compás de un conjunto de dos violines, un cornetín, un bombo, una tarola y un tunkul, que los mismos mayas tocaban, siendo las jaranas más gustadas la Zunzureña, la Xcaxán-Ichamí (buscar marido), la Xpaat-Ichamí (dejar marido) y la llamada Xpic-Ituz.
Todas las bailadoras que asistían usaban sombreros adornados con cintas de distintos colores de un metro de largo. Los galanes, al ir a sacar a bailar a una muchacha o señora, se desataban un gran pañuelo rojo que llevaban exprofeso anudado al cuello y agarrándolo por un extremo, se acercaban a la muchacha de su elección, le daban vuelta al pañuelo en remolino y sin pronunciar palabra alguna retrocedían a esperarla ; si era correspondido, la pareja se levantaba y dirigía al frente de quien la había invitado, y ya juntos llegaban hasta las puertas del templo, se persignaban y enseguida iniciaban el baile y terminada la pieza se volvían a persignar y la muchacha se sentaba en su lugar. En caso de no ser aceptado en su primera invitación, el galán la repetía hasta dos veces, y si tampoco era correspondido, se retiraba a probar fortuna con otra bailadora. Es curioso que las bailadoras, generalmente mujeres convalescientes de alguna enfermedad, bailaban por cumplir con la promesa hecha al santo si se curaban. Resulta de esto que no bailaban de gusto, sino como haciendo penitencia.
Danzas
El folklore quintanarroense, poco conocido, está influido por tres áreas en las cuales sus vecindades o su conformación interna, le da características diferenciales.
En la zona norte, la influencia del estado de Yucatán se deja sentir en la música, danza (jarana), festividades (vaquerías)...
En la zona centro, la comunidad maya con sus tradiciones conservadas, es la más pura representación del folklore maya y la más antigua a través de su música el "Maya Pax", de sus prendas de vestir, de sus danzas y canciones del ritual religioso.
La zona sur, de reciente población, está dominada con el aspecto musical por el Bruckdown que trajeron de Belice los primeros pobladores de Chetumal y, que se convirtió en el Zambay o fiesta musical de los Zambos, como se denomina a la gente del pueblo y, que vino a dar en los tiempos modernos el Zambay Macho que se ejecuta con acordeón, guitarra y violín, con una fisonomía propia. Sin embargo hoy día, el Reggae y el Calypso, ritmos del Caribe, son los más gustados.
Quintana Roo, como todo pueblo tiene cultura, la cual pone de manifiesto como respuesta social ante el reto de seguir existiendo y la da a conocer a través de su folklore.
Dichas costumbres, se exteriorizan dentro de sus características peculiares en fiestas que sintetizan los sentimientos del dolor y la alegría de los pueblos criollos y mestizos, que cantan y bailan por cualquier acontecimiento social, popular o religioso, donde se ejecutan danzas y bailes, que ponen de manifiesto el quehacer diario de los diferentes grupos sociales, como los bailes de salón, sones y jaranas.
Con estas consideraciones, deseamos únicamente manifestar inquietudes que han surgido por el deseo de rescatar y construir nuestra identidad, que nos permita tener características inconfundibles por regiones que a continuación presentamos con más detalle :
Procesión.- Es un paseo solemne de carácter religioso, acompañada con canto y música; ésta se realiza tradicionalmente cada año. En ella se canta el "alabado", himno a Cristo Rey, y al terminar dejan prendida una vela, provocando así un espectáculo digno de verse.
Danza de la cabeza de cochino.- Esta danza, en la época prehispánica, formó parte de una de las ofrendas dedicadas a los dioses. En la actualidad se ejecuta en honor al santo patrono del lugar, conservando la misma esencia, pero con mayor apego religioso.
El pasacalle.- Es un baile lento de tres tiempos a la marcha popular del compás vivo, que ejecutaban la clase social alta y acomodada de la mitad del siglo. Se caracteriza por llevar una cadencia sumamente elegante donde predomina el paso valseado con la variante de un paso cruzado flexionado con remates alternados sin que se pierda la compostura.
El calabaceado.- Es un baile de salón de ocho tiempos a la marcha popular de compás vivo que ejecutaba la clase social alta y acomodada de la mitad del siglo.
Fandango.- Es un baile alegre muy común en España y está formado por varios sones que se bailan combinados con pasos de jarana. En nuestra península las jaranas son el género bailable que predomina en los tres estados, aunque en cada uno se diferencian por su forma de ejecutarlo.
Jarana Quintanarroense.- Son sones que surgen de la fusión de lo nativo, religioso y profano ; además de ser un zapateado ágil y elegante, producto de esa mezcla de sonecitos, con la invasión de esa gran cánova andaluz, sin faltar el acento valseado de la jota aragonesa. No obstante las jaranas son las que predominan en la península de Yucatán. En cada uno de los estados que la conforman, la jarana se caracteriza por su forma de ejecución.
Baile de los chicleros.- Es este baile, se muestra la forma característica de diversión de los chicleros, hombres rudos un tanto huraños que trabajaban en la selva en los llamados campamentos o hatos. Los chicleros mostraban la forma característica de diversión en donde bailaba una sola mujer con ellos. No faltaba alguno que quisiera aprovecharse u ofender, entablándose un duelo a machetazos que casi siempre lograban apaciguar. Este baile tiene su antecedente mediato en el Brok Dow que transportada a nuestras tierras adquiere características muy peculiares.
Sambay macho.- Según algunas personas es el enamoramiento de la libélula macho a la hembra. Según otras, es un baile de resistencia, cosa creíble por el vigor de su ritmo y la rapidez de sus movimientos.
El popurrí.- Como su nombre lo indica es un conjunto de los bailes más característicos que llegaron hasta esta región mezcla de melodías y de sones mexicanos que terminan con el conocido "degollete".
Trajes
TRAJE REGIONAL DE CHICLERA
Consta de una blusa color blanco, de cuello cuadrado y mangas acampanadas, en cuyas orillas lleva cintas del color de la falda y, convenientemente distribuidos 5 caracoles.
La falda es larga y bastante amplia, unas veces de color rojo ó azul turquesa, adornada con los motivos del escudo quintanarroense: el caracol, estrella y pino, pintados o bordados a su alrededor. A la altura de la cintura lleva un mandil de encaje blanco. En la cabeza, una pañoleta blanca con ribetes del color.
El vestuario del hombre es más sencillo: usa pantalón azul marino y camisa de seda floreada de brillantes colores que anuda en la cintura. Lleva también dos paliacates rojos, uno anudado al cuello y el otro se deja caer al costado derecho de la cintura, y usa sombrero de palma para protegerse de los rayos del sol.
El traje mencionado anteriormente es el más común y usado en el folklore quintanarroense, ya que también se utiliza el traje de campo o trabajo: pantalón y camisa de mezclilla azul, del lado izquierdo de la cintura lleva el machete enfundado y del lado derecho un zabucan o morral de hilo. Porta también un paliacate rojo anudado al cuello y el sombrero de palma. En ambos trajes, el hombre calza botines negros.
TRAJE TÍPICO INDÍGENA
Este traje pertenece a la región Central del Estado y muestra el tradicionalismo de nuestros orígenes étnicos. Es uno de los más característicos y originales, actualmente es usado como prenda de vestir ordinaria en diversas localidades de los municipios de Felipe Carrillo Puerto, Othón Pompeyo Blanco y José María Morelos.
La mujer viste el blanco hipil, característico de la Península de Yucatán, sin embargo, el de la región quintanarroense tiene una singular diferencia, ya que el bordado es sobrio y discreto, así como el color del mismo, pues no se usa tan llamativo o de varios colores. Lleva un bordado en el escote y en las “cenefas”; el fustán es de la misma tela del hipil, ajustado a la cintura.
Para complementar el atavío se porta en la cabeza un moño de color blanco, y se usan como accesorios una soguilla de oro y los tradicionales aretes de “calabacita”.
El vestuario del hombre es original y diferente en comparación con los estados de Yucatán y Campeche. La camisera es amplia, de largo un poco más debajo de las caderas, se usa cerrada y se simula la abertura con tantos botones juntos pueda llevar hasta la altura de la cintura, el cuello es redondo y la manga es larga con puño; el color es generalmente de tonos serios y tenues. Como detalle principal, la camisa lleva en ambos lados del frente y en la parte inferior, una bolsa donde se colocan dos paliacates rojos.
El pantalón es de manta de corte recto hasta la altura media de la pantorrilla y le da más vistosidad a su atuendo, un zabucán de henequén. Tanto el hombre como la mujer llevan los pies descalzos.
TRAJE REPRESENTATIVO
El traje de “Chetumaleña“ fue confeccionado con el propósito de exhibir un atuendo representativo del territorio durante un bailable ofrecido al presidente Adolfo López Mateos.
El diseñador se inspiró en los antecedentes prehispánicos de la región y diseñó en tela de lino color crudo una túnica larga que llegaba a las rodillas y abierta a los lados, sin mangas y cubriendo una capa del largo del vestido que caía sobre los hombros así como una especie de pectoral unido a la capa que llegaba a las caderas.
En 1976, el traje se modificó: la túnica se amplió hasta el suelo, la capa con altura menor de la túnica deja al descubierto los hombros y en el borde inferior de esta, se aprecian grecas triangulares y canoas estilizadas que simbolizan el mar y la navegación de los antiguos mayas por el mar Caribe. En el centro del pectoral luce una imagen de los mascarones de Kohunlich, en honor al dios del sol Kinich Ahau, así como ramas estilizadas que simbolizan la inclinación de nuestros ancestros a la naturaleza y al arte.
En la parte posterior del traje, se aprecia una imagen del dios descendente de Tulúm, representado por una figura humana colocada de cabeza, que posee alas extendidas y sostiene con ambas manos, aparentemente, un panal de abejas.. Esta versión estaba pintada a mano y rebordada en hilo a efecto de resaltar los dibujos. Como tocado, dos grandes flores, una anaranjada y una verde, colocadas en el cabello al lado izquierdo.
En 1978, el Estado participa en el Concurso "Señorita México" y el traje de “Chetumaleña” gana el premio al mejor traje regional, en este evento el Mascarón de Kohunlich aparece bordado en lentejuela y chaquira.
Este hecho marcó al traje de Chetumaleña, como traje de la mujer quintanarroense:
• Túnica de color marfil con flores dibujadas ó pintadas que ejemplifican la riqueza forestal del Estado.
• Capa abierta a los costados hasta la altura del busto, en la parte posterior se observa al Dios descendente de Tulúm y al frente una copia de los mascarones de la zona arqueológica de Kohunlich, al pie de las efigies se dibujan flores y los bordes son de tonalidad verde, color sagrado de los mayas.
• Como tocado diadema de flores naturales.